En un acto de conmemoración y reivindicación, el Comité de Derechos Humanos para la Defensa del Jubilado, Pensionado y Discapacitado, y en especial del Adulto Mayor, se reunió este jueves 29 de mayo para celebrar el Día del Adulto Mayor. La jornada estuvo teñida de pesar por el reciente fallecimiento de Rafael Álvarez, miembro de la directiva, quien murió el pasado domingo a causa de un infarto.
Lea también: Adultos mayores en Lara denuncian una crisis de «exterminio» en las pensiones
Rafael Rivero, profesor jubilado y directivo del comité, expresó la tristeza que embarga a la organización por la partida de su compañero, a quien describió como una «siembra«. A pesar del dolor, Rivero enfatizó la fortaleza y la resiliencia de los pensionados, jubilados y adultos mayores en Venezuela. «Estamos viviendo, será porque Dios nos quiere acá y nos fortalece en esta lucha», afirmó.
El punto central del discurso de Rivero fue la enérgica denuncia del congelamiento del salario mínimo en 130 bolívares, una medida que calificó de «miseria» y que, según sus palabras, «no alcanza para nada«. Lamentó que la mayoría de los adultos mayores dependan de esta ínfima cantidad, lo que los obliga a vivir en condiciones de precariedad.
Lea también: Convite: 300 adultos mayores perdieron la vida de manera violenta durante 2022 en Venezuela
Durante la conmemoración, se realizó una salva de aplausos en honor a Rafael Álvarez. Posteriormente, se llevó a cabo un compartir donde diversas personas tuvieron derecho de palabra y se leyeron poemas dedicados a los jubilados y pensionados.
Rivero hizo un llamado contundente al gobierno, exigiendo dignidad y respeto para la tercera edad.
«El gobierno tiene que darse cuenta que no somos trastos viejos. Somos personas que necesitamos, queremos dignidad, queremos vivir los pocos años que nos quedan de vida con dignidad, pero también con un salario mejor, más digno y que se nos respete«, sentenció.
Destacó el respeto que la sociedad venezolana, y en especial la de Lara, muestra hacia los adultos mayores, un respeto que, a su juicio, debe ser correspondido por las autoridades.