El gobierno de Estados Unidos intensifica su estrategia en América Latina con un enfoque centrado en la seguridad regional, el control migratorio y la lucha contra el narcotráfico.
En declaraciones a Infobae, la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Mignon Houston, reafirmó que Washington busca impedir que países como Venezuela y Cuba se conviertan en refugios para terroristas y redes del crimen organizado. Esta línea política forma parte de una ofensiva diplomática que, en apenas cinco meses, ha redefinido las prioridades de Estados Unidos en el hemisferio occidental.
Houston explicó que uno de los pilares de la nueva política exterior de Trump es garantizar que “regímenes autoritarios” como los de Caracas y La Habana no se conviertan en plataformas para grupos extremistas ni en zonas grises donde operen libremente organizaciones delictivas transnacionales.
“Queremos asegurarnos de que países como Venezuela y Cuba no alberguen a terroristas”, afirmó Houston, al tiempo que advirtió sobre los efectos desestabilizadores que estos gobiernos pueden tener no solo para EE.UU., sino para toda la región.
Frenar la migración ilegal y el crimen organizado
Desde su llegada a la Casa Blanca en enero, Donald Trump ha puesto en marcha medidas drásticas para endurecer el control migratorio, incluyendo deportaciones aceleradas, restricciones en el asilo y cooperación reforzada con gobiernos afines en la región.
Houston remarcó que las prioridades actuales —frenar la migración ilegal, enfrentar el tráfico de personas y contener el crimen transnacional— son compartidas con aliados regionales:
“Ya no queremos ver esto en la región. Es nuestro deber evitar el caos y el sufrimiento, especialmente para los más vulnerables, como mujeres y niños, víctimas de contrabandistas”.
México, un aliado clave en la frontera sur
Uno de los puntos destacados por Houston fue el cambio en la cooperación con México, que bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum ha intensificado su colaboración con EE.UU.
“Gracias al liderazgo de esta región y de esta administración, hemos visto una disminución del 95 % en los cruces ilegales a través de nuestra frontera sur. Es un logro increíble”, señaló.
La portavoz valoró especialmente el despliegue de 10.000 agentes de la Guardia Nacional mexicana en la frontera, así como la aceptación de vuelos de deportación y la extradición de miembros de alto nivel de cárteles criminales.
