Había ido a visitar el taller del maestro Carlos Cruz Diez; cuando llegué, me atendió su asistente… Me mostró, un poco el taller, al rato, llegó el maestro Carlos Cruz Diez y fue una gran alegría para él; hablamos unos minutos y me regaló algunos catálogos dedicados, un libro y me dio una serigrafía, todo este sueño está respaldado en vivencias, recuerdos archivados, indudablemente, las cuales, tuve con el maestro.
Lo visitaba en París, me mostraba sus máquinas para realizar sus láminas donde irían los colores, sus obras; me comentaba sus nuevos trabajos, sus «Phisicromias», me explicaba planteamientos sobre los colores. Sus maquetas. Me hablaba de sus proyectos que estaba haciendo, la maqueta del «Monumento al sol» para Barquisimeto, me mostró los primeros bosquejos de esa gran obra urbana,(necesita una urgente restauración) también , me hablaba de su decisión de vivir en París, en el año 1960, antes había vivido en Barcelona, de su trabajo como diseñador y fotógrafo, él tenía la experiencia adquirida en Caracas de diseñador de revistas, conocía cómo se comportan los colores…
Un día llegó con unas lámparas, unos reflectores de colores amarillo, azul y rojo, que después serían utilizados en sus obras «Cromosaturación» donde el color invade el espacio, donde el color se hace etéreo, es físico, se hace color. Este sueño fue fantástico, encontrarme en el taller del maestro Carlos Cruz Diez . Salí a la calle con los catálogos, libros y la serigrafía para buscar a un taxi y regresar a mi casa-taller, pero lo que sí sé, que no era París, era como otra ciudad con su calle angosta pero no era la Rue Pierre Semard, en París; antigua carnicería convertida en templo de creación; lugar que visité muchas veces donde el gran maestro Carlos Cruz Diez creaba sus obras. En esas visitas, una vez me planteó el proyecto que yo le imprimiera sus serigrafías. Le respondí: -» Qué yo era impresor de mi obra y que no me creía en capacidad de imprimir sus serigrafías».
He tenido este sueño fabuloso, a lo mejor, no en un orden cronológico, forma un collage, un gran montaje de momentos de mi amistad con el gran maestro del color y del movimiento , que con humildad y muchos conocimientos me comunicó sus saberes…y me dejó claro que en el arte es invención, estudio y perseverancia, ya los viejos cuadros con niños elevando papagayos , en los cerros de Caracas, de esos años lejanos y con carácter social, hacía años que habían tomado otras maneras de comunicarse y decir que Arte, es invención… Nació en Caracas 17 de agosto de 1923, falleció en París 27 de julio 2019.
¡Gracias maestro por su amistad!
Esteban Castillo