En medio del Jubileo de los Seminaristas y Sacerdotes celebrado en Roma, un sacerdote español protagonizó este jueves 26 de junio un conmovedor momento con el Papa León XIV que ha dado la vuelta al mundo.
El gesto, tan sencillo como humano, ocurrió al final del encuentro que el Pontífice sostuvo con los encargados de la pastoral vocacional y de la formación de los seminaristas en el Auditorium Conciliazione.
“¿Me da un abrazo, santidad?”
Tras culminar la meditación del Santo Padre, el sacerdote —proveniente de Castellón, España— pidió permiso para subir al escenario. El Papa, sin saber lo que ocurriría, le preguntó si lo hacía en representación de todos los presentes: “Recuerden, uno representa a todos ustedes”, comentó sonriente.
Conmovido por la ocasión, el sacerdote se presentó, recordó con nostalgia que “hace 23 años Juan Pablo II me nombró monseñor, a los dos años de mi ordenación”, y luego, en un gesto tan humilde como simbólico, sacó dos solideos (gorros blancos utilizados por los obispos y el Papa) para pedirle al Santo Padre que bendijera uno o, mejor aún, lo intercambiara por el suyo. “Bendiga el que usted quiera, o se lo pone y ya está, y me lo cambia, santidad”, dijo entre risas, contagiando al auditorio con su espontaneidad.
El Papa León XIV aceptó el gesto con alegría, se colocó uno de los solideos y luego se lo devolvió bendecido al sacerdote. Pero el momento más emotivo estaba por venir: “¿Me da un abrazo, santidad, por favor?”, suplicó el presbítero. El Papa no dudó. Descendió del escenario y se fundió en un abrazo sincero con el sacerdote, intercambiando palmadas afectuosas mientras los asistentes aplaudían visiblemente emocionados.