El Parque Nacional Canaima, una joya natural venezolana declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994, se encuentra en grave peligro debido a la proliferación descontrolada de la minería ilegal y el impacto de un turismo no regulado, según un informe presentado por la organización World Heritage Watch durante la 46ª sesión del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, celebrada en julio en París.
El informe, elaborado en colaboración con la ONG venezolana SOS Orinoco, revela una situación alarmante: más de 1.582 hectáreas del parque han sido devastadas por la minería, lo que representa un dramático incremento de más del 1.300% en comparación con las 122 hectáreas afectadas hace 25 años.
«El borde suroeste del parque está absolutamente minado», alertó Cristina Burelli fundadora de SOS Orinoco, a través de X (antes Twitter), quien también detalló la identificación de 129 puntos de explotación minera, sin contabilizar las balsas de dragado móviles que escapan a la detección satelital.
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Ante la magnitud de las pruebas presentadas, la Unesco instó al gobierno de Nicolás Maduro a entregar un informe actualizado sobre el estado del parque antes del 1 de febrero de 2026, así como a desarrollar una estrategia integral para controlar el turismo y prevenir la propagación de especies invasoras.
SOS Orinoco advirtió también que la actividad turística no regulada está afectando Canaima. Según la ONG, el parque en el 2023 recibió más de 20.000 visitantes, afectando ecosistemas extremadamente frágiles, como los tepuyes, considerados entre los sitios más biodiversos e irremplazables del planeta.
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«Canaima fue declarado patrimonio no solo por el Salto Ángel, sino por su singularidad biológica dentro del escudo guayanés», enfatizó Cristina Burelli, quién además precisó que en el caso del Roraima es particularmente preocupante, pues existen reportes de hasta 120 personas simultáneamente en su cima, amenazando especies endémicas.