Cuatro activistas venezolanos, perseguidos por el gobierno de Nicolás Maduro y con historial de prisión y tortura en su país, están en riesgo de ser deportados desde Estados Unidos, a pesar de haber solicitado asilo político.
Las detenciones por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) han encendido las alarmas entre organizaciones defensoras de los derechos humanos, que advierten sobre el peligro inminente que corren si son retornados a Venezuela.
¿Quiénes son los detenidos?
Los detenidos son Gregory Sanabria y Teobaldo León, ambos dirigentes del partido opositor Voluntad Popular y ex presos políticos; Dehivis Olivo, exdetective del Cicpc que apoyó públicamente a Juan Guaidó y fue encarcelado; y Wilmer García, militante de Primero Justicia y miembro de la Coalición por Venezuela.
Las circunstancias que rodean sus arrestos varían, pero comparten un patrón común: todos llegaron a Estados Unidos huyendo de la persecución por parte del gobierno venezolano y fueron detenidos por ICE pese a encontrarse en procesos activos de solicitud de asilo.
Según denunció Kelvi Zambrano, abogado defensor e integrante de la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia, se trata de detenciones «que representan una nueva forma de revictimización para personas que ya fueron víctimas de persecución política y tortura».
Testimonios de persecución y tortura
Uno de los casos más conocidos es el de Gregory Sanabria, quien fue arrestado en junio durante una presentación rutinaria ante ICE en Houston. Sanabria estuvo tres años encarcelado en El Helicoide, el centro de detención del Sebin, donde fue brutalmente torturado; su rostro desfigurado dio la vuelta al mundo como símbolo de la represión en Venezuela. Actualmente, permanece recluido en el centro de procesamiento Montgomery, en Texas.
Teobaldo León, por su parte, fue detenido sin orden judicial en Venezuela en 2017 y ahora enfrenta una acusación por supuesta vinculación con la banda criminal “El Tren de Aragua”, una imputación que sus defensores califican como infundada y políticamente motivada. León ha sido un fuerte crítico del gobierno de Maduro en redes sociales, lo que habría intensificado su persecución.
El caso de Dehivis Olivo también es estremecedor. Como funcionario del Cicpc, fue arrestado y torturado tras pronunciarse a favor de la oposición. Las torturas, según informes, incluyeron cortes con hojilla, fractura de clavícula y descargas eléctricas. Sus abogados piden con urgencia que no sea deportado.
Wilmer García huyó de Venezuela luego de que su familia fuera amenazada. Era dirigente en Caracas y ha trabajado con la diáspora venezolana en Estados Unidos en la denuncia de violaciones de derechos humanos. Según su defensor, su arresto se produjo durante una presentación voluntaria ante ICE, en un contexto de endurecimiento de la política migratoria estadounidense.
Contexto migratorio cada vez más restrictivo
La situación de estos cuatro activistas evidencia la creciente incertidumbre de miles de venezolanos en Estados Unidos que, pese a haber huido del gobierno de Nicolás Maduro, ahora se enfrentan al riesgo de deportación.
Con el fin del Estatuto de Protección Temporal (TPS) y la reanudación de vuelos de repatriación a Caracas, las oportunidades para obtener asilo político se han reducido drásticamente.
Organizaciones como Defiende Venezuela y Venezuelan American Caucus han advertido que el sistema migratorio estadounidense está colapsado, con más de 130.000 solicitudes de asilo venezolanas pendientes. “Se está desdibujando la figura del asilo político”, afirmó Adelys Ferro, directora de Venezuelan American Caucus.
Mientras tanto, Sanabria, León, Olivo y García aguardan una decisión que podría marcar el rumbo de sus vidas. Para sus abogados y defensores, deportarlos sería condenarlos nuevamente a la prisión, al silencio forzado y, posiblemente, a la tortura.
“No son criminales, son sobrevivientes de una administración que persigue y silencia. Necesitan protección, no castigo”, concluyó Kelvi Zambrano.