Aryna Sabalenka estaba a dos puntos de lo que eventualmente sería su segundo título consecutivo del Abierto de Estados Unidos cuando lanzó un remate que debería haber sido rutinario, fácil y parejo.
En cambio, al retroceder, envió la pelota a la red, dándole a su oponente, Amanda Anisimova, una oportunidad de quiebre.Tras ese terrible fallo del sábado, Sabalenka dejó caer la raqueta en la pista azul y esbozó una sonrisa triste.
Empezó a sentir cómo la embargaban las emociones que la dominaron durante las derrotas en las finales del Abierto de Australia en enero y el Abierto de Francia en junio. Intentó recomponerse.“Simplemente dejé que la duda me invadiera”, explicó Sabalenka.
“Pero luego me di la vuelta, respiré hondo y pensé: ‘Vale. Sucede. Es cosa del pasado. Centrémonos en el siguiente’”.¿Entonces todo estuvo bien desde entonces? Pues no. «Me destrozó», dijo Sabalenka con una carcajada. «Yo pensé: ‘Vale… Reiniciar'».
Tardaron otros 15 minutos en completar la faena, pero Sabalenka, cabeza de serie número 1, se recompuso, a diferencia de aquellos anteriores partidos por el título en 2025, y pudo arrodillarse en la cancha del Estadio Arthur Ashe con la cara cubierta tras vencer a Anisimova por 6-3, 7-6 (3). Esto convirtió a Sabalenka en la primera mujer en ganar el trofeo en Flushing Meadows en años consecutivos desde Serena Williams en 2012-14.