Las Fuerzas Armadas de Israel informaron este martes que el aeropuerto internacional de Saná, capital de Yemen, ha quedado “completamente destruido” luego de una nueva ola de ataques aéreos contra posiciones controladas por los rebeldes hutíes.
El ataque se produjo en represalia al lanzamiento de misiles efectuado por los insurgentes yemeníes el pasado domingo contra el Aeropuerto Internacional de Ben Gurión, ubicado en las afueras de Tel Aviv.
Según el comunicado del Ejército israelí, los bombardeos fueron dirigidos contra “objetivos terroristas del régimen hutí”, incluyendo el puerto de Hodeida, utilizado presuntamente para el traslado de armamento, y varias infraestructuras estratégicas como centrales eléctricas y una fábrica de hormigón en Saná.
“Este es otro ejemplo del uso de infraestructura civil por parte de la organización terrorista hutí para llevar a cabo sus operaciones”, declaró un portavoz militar.
Las autoridades israelíes también informaron que los ataques se realizaron de forma selectiva, asegurando que se tomaron medidas para minimizar los daños a civiles y propiedades no militares. Sin embargo, autoridades locales en Yemen han confirmado al menos tres muertos y una treintena de heridos a causa del bombardeo sobre el aeropuerto capitalino.
Israel se pronuncia sobre el ataque
Desde Tel Aviv, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Israel Katz, justificaron la operación como un mensaje disuasorio no solo a los hutíes, sino también al régimen sirio, advirtiendo que “no permitiremos el envío de fuerzas al sur de Damasco ni ninguna amenaza a la comunidad drusa”.
En paralelo, el gobierno israelí ha aprobado medidas para “conquistar” posiciones estratégicas y trasladar población hacia el sur, en el marco de una escalada que amenaza con extenderse más allá del conflicto yemení. “El régimen terrorista hutí ha estado operando con apoyo financiero y logístico de Irán, buscando dañar a Israel, desestabilizar el orden regional y poner en riesgo la libre navegación en el mar Rojo”, subrayó el Ejército israelí.
Mientras tanto, desde Washington, el expresidente Donald Trump afirmó que los hutíes han prometido cesar los ataques contra buques en el mar Rojo, y que, como consecuencia, Estados Unidos suspenderá sus bombardeos contra el grupo rebelde.
La situación en Yemen se torna cada vez más volátil, con infraestructura clave reducida a escombros y una creciente tensión geopolítica que involucra a múltiples actores regionales y globales.