El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) y el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos emitieron una alerta de vigilancia ante la llegada de la Onda Tropical N.° 30, fenómeno climático que podría generar fuertes lluvias, descargas eléctricas y ráfagas de viento en varias regiones del país.
De acuerdo con los reportes oficiales, la onda avanza a una velocidad de 27 kilómetros por hora y se prevé que ingrese al territorio nacional entre la noche de este lunes 25 y la jornada del martes 26 de agosto.
Desplazamiento y zonas en riesgo
Los primeros efectos ya se sienten en Delta Amacuro, donde núcleos de nubosidad asociados al fenómeno han provocado precipitaciones moderadas con actividad eléctrica y vientos fuertes.
En su recorrido hacia el oeste, la onda podría afectar directamente a los estados Sucre y Monagas, mientras que en la tarde y noche se prevén lluvias más intensas y chubascos en zonas de Guayana Esequiba, Bolívar, Amazonas, Delta Amacuro, Anzoátegui, Nueva Esparta, Llanos Occidentales, la región costera central, Los Andes y Zulia.
Temporada de huracanes más activa de lo normal
El Inameh recordó que este evento se enmarca dentro de la temporada de huracanes y ondas tropicales 2025, en la cual se espera una actividad mayor al promedio histórico. Según las proyecciones, podrían formarse entre 55 y 60 ondas tropicales, de las cuales 40 a 45 impactarían directamente a Venezuela.
La institución destacó que existe un 50% de probabilidad de que la temporada sea más activa de lo habitual, lo que exige a la población estar atenta a los avisos meteorológicos y a los planes de prevención.
Llamado a la prevención
Las autoridades recomiendan a los ciudadanos mantenerse informados a través de los canales oficiales del Inameh y Protección Civil, evitar traslados innecesarios durante lluvias fuertes y tomar previsiones en zonas vulnerables a inundaciones o deslizamientos de tierra.
La llegada de la Onda Tropical N.° 30 confirma un panorama climático desafiante para el país. Ante ello, la prevención y la atención a las alertas oficiales serán claves para reducir riesgos en esta temporada marcada por una mayor frecuencia de fenómenos atmosféricos.