Más de una vez los vecinos de la calle 21 entre 24 y 25, en pleno centro de Barquisimeto, han acudido a las oficinas de Hidrolara en busca de solución al serio problema que están confrontando con la red de cloacas.
Las aguas negras, con insoportable fetidez, se salen de las viejas tuberías y corren libremente por la calle inundándola de pestilentes olores.
“La semana pasada vino una cuadrilla de Hidrolara, abrió unos huecos, se dio cuenta de lo que está pasando y se fue sin arreglar nada, sólo diciendo que ese problema era de palabras mayores”, expresó Antonio Gómez, uno de los vecinos afectados.
Ellos, en vista de la gravedad de la situación optaron por impedir el paso de vehículos y la mayoría prefiere mantener las puertas de sus casas cerradas por completo tratando de impedir el ingreso de los nauseabundos olores.
Según explicó Gómez, el problema no es nuevo pues tiene años, y no sólo afecta la calle 21 sino también la 22, así como callejones de la zona, pero hace mes y medio se agravó pues las aguas putrefactas salen en mayor cantidad hasta caer en la alcantarilla donde se empozan convirtiéndose en un gran foco de contaminación.
Los vecinos esperan que esta semana desde Hidrolara busquen solución al problema pues ya el mismo se ha vuelto insoportable hasta temer se desate una epidemia por las sustancias que están invadiendo el sector.
Por los momentos solamente han cerrado la cuadra de la 21 entre 24 y 25, pero si en los próximos días no se elimina tan desagradable situación los vecinos están dispuestos a tomar acciones más enérgicas, entre las que podría estar una protesta en otras calles o carreras a fin de llamar la atención del público sobre lo que están viviendo.
“Ya la gente ni nos visita porque apenas se acercan a nuestras casas y les da el mal olor optan por retirarse prometiendo volver más luego, pero nadie regresa”, manifestó otra vecina que prefirió mantener el anonimato.
Igualmente los peatones que antes pasaban por esa calle prefieren hacerlo por otra, caminando más, con el fin de no tener que soportar los insoportables olores a los que están condenados quienes desde hace años residen en esa zona tan céntrica de Barquisimeto.
