Ventana abierta – ¡Abuelo (a): Gracias por la pensión!

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Para recordar: “En la vejez y en las canas, oh Dios, no me desampares…” (Salmo 71:18)

Debido a la difícil situación económica de Venezuela, la pensión que reciben los adultos mayores, viene a ser un paliativo para la economía familiar; pero los aludidos corren el peligro de no disfrutar de ese bien.
En la página web, eltiempo.com.ve, citan al gerontólogo Richard Blanco, quien dice: “Ni la familia, ni la sociedad venezolana está preparada para planificar la llegada de la tercera edad” (11/08/13).
Y sostienen, que cuando el fallecido presidente Chávez promulgó el decreto 8.642, para otorgar una pensión al adulto mayor, había una población de 3 millones 529 mil 708 ciudadanos y, según cifras del Seguro Social, cerca de 1.995.721 disfrutaban del beneficio.
De acuerdo a la página, www.sibci.gob.ve, para febrero 2.014, ya sumaban 2.537.868 adultos mayores, que percibían 3.270 bolívares mensuales. Hoy reciben 4.250 bolívares; aunque faltan muchas personas por gozar dicha mensualidad.
La pensión es una bendición, pero los venezolanos estamos gastando casi todo el salario en salud y en una precaria alimentación. En consecuencia, estos y/u otros rubros se deberían declarar en emergencia nacional.
Tal vez por ello, la humanidad está justificando no devolver a Dios, una parte del dinero percibido (ver Malaquías 3:10) y se está ahorrando muy poco o nada.
Por todo lo anterior, observamos lo siguiente: 1) Algunos abuelos van a cobrar su pensión sin alguien que les acompañe (corren peligro de tener algún accidente, de perder su “dinerito”, o ser atracados por delincuentes). 2) Existe la posibilidad que algunos acompañantes, del adulto mayor, sean familiares o no, después de cobrar, al salir del banco, le digan: ¡Abuelo (a): Gracias por la pensión! Y el abuelo no ve su dinero, hasta el mes siguiente.
En la página amorhumor.com, encontramos algunos dichos relacionados con el tema: “El dinero requiere tres cosas: saberlo ganar, saberlo gastar y saberlo despreciar”. “De tu dinero, no hagas a nadie cajero”. “Nadie debe vivir pobre, por morir rico”.
Nos disculpan, estamos proponiendo crear más conciencia para respetar la pensión de los adultos mayores. Aunque ellos, tienen la potestad de emplearlo en lo que quieran, algún allegado se lo ayuda a gastar, en lugar de orientarlos cómo canalizar su finanza, pero, por dicho dinero, pudiera haber alguien (familiar o “amigo”) que no quiera trabajar.
En la página web actibva.com (23/03/04), Lowson señala que nuestros abuelos si conocían de economía. Entre otros aspectos, sabían comprar alimentos, cocinarlos, preservarlos, compartirlos y mucho más. Al final del tema, diferentes personas vieron la necesidad de ahorrar como una “plataforma a futuro”.
Según texto inicial, David señaló: “En la vejez y en las canas, oh Dios, no me desampares…” y fue más allá, al concluir su petición: “hasta que declare tu poder a la siguiente generación…”.
Allí observamos: Más que oro y plata, David quería que generaciones posteriores a él, conociéramos que hay un Dios Todopoderoso, a quien recurrir ante cualquier necesidad.
Y reconocer el poder del Dios, es saber de dónde viene el dinero, para subsistir y ayudar a otros; las fuerzas, para trabajar y crecer; y aceptar las canas (los años), para dedicarlos a la humanidad, sin olvidarnos de Dios.

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www.ventanabiertalmundo.jimdo.com

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