Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, acusado de incitar a la violencia en las manifestaciones, denunció este miércoles en Miami que el gobierno de Nicolás Maduro busca «destrozarla moralmente».
Al gobierno «no le basta con tener preso a mi esposo, sino que ahora me está atacando a mí», dijo Tintori en entrevista con medios extranjeros, durante una gira por Estados Unidos y Europa para denunciar la encarcelación «injusta» de su esposo y la «dictadura» en Venezuela.
Rechazó las acusaciones en su contra de funcionarios del gobierno de Maduro, que la señalaron como responsable de la logística de campamentos de estudiantes y opositores en Caracas que fueron desmantelados en un operativo militar hace una semana.
«Eso me da mucho miedo, porque mis hijos quieren a su mamá y yo amo a mis hijos», dijo en referencia a una pequeña de cuatro años y un bebé de un año que tiene con López, preso desde el 18 de febrero acusado de instigar a la violencia en las protestas opositoras, que ya se han prolongado por más de tres meses y han dejado 42 muertos.
«No solo quieren destrozar a mi país, sino a mi familia. (…) Me quieren destrozar moralmente, así como se lo han hecho a muchas venezolanas. ¿Y saben qué? No van a poder», aseveró Tintori, quien la tarde del miércoles participó en un evento en el Miami Dade College, abarrotado de venezolanos que la aplaudieron a rabiar.
En el evento, al que asistieron el congresista estadounidense crítico de Caracas Mario Diaz-Balart y representantes de la asociación de disidentes cubanas Damas de Blanco, el público saludó a Tintori con el grito de «valiente» y entonó en un momento el himno nacional venezolano.
Difícil diálogo con la «dictadura»
Tintori se mostró escéptica frente al diálogo que había tenido lugar en Venezuela para tratar de buscar una solución a la crisis, y que quedó en un punto muerto luego de que la oposición se levantara de la mesa hasta tanto el gobierno muestre voluntad de avanzar.
«Creo en el diálogo y en la conversación siempre y cuando haya condiciones», como la liberación de los presos políticos y el desarme de grupos armados cercanos al gobierno, dijo.
«Sin esas condiciones no funciona el diálogo. Ya lo vimos, pasó un mes y no pasó nada. Con la dictadura es difícil lograr un diálogo si no hay condiciones», aseveró.
Tintori, que aclaró que no se reunirá con ningún responsable del gobierno de Barack Obama en su estadía en Estados Unidos, dijo que el jueves viajará a Boston para recibir un premio de la Universidad de Harvard a nombre de López y luego seguirá su gira por capitales europeas.
A los países de la región, Tintori les pidió «solidarizarse con Leopoldo López, los estudiantes y los líderes que están dando la cara por nosotros» y que «no sean colaboradores del silencio».
Una difícil situación familiar
Tintori reconoció que ha vivido tiempos duros desde el arresto de López, quien se encuentra recluido en una cárcel militar cercana a Caracas.
«Hice algo así como ‘La vida es bella’, la película, traté de hacer un juego de la situación» con su hija Manuela, dijo. Le contó que su padre estaba en un «entrenamiento militar», pero la pequeña se enteró en el colegio que realmente estaba preso. «Le tuve que decir la verdad», dijo.
«Nuestro hijo de un año aprendió a caminar en Ramo Verde, en la cárcel, en la celda. (…) Dio cuatro pasos en la celda y lloramos de la alegría, nos abrazamos», relató.
En las noches, cuando no pueden acostarse los cuatro en la cama, «es el momento más difícil», dijo al agregar: «me desahogo y lloro con mi hija».
Pero sostuvo que tanto ella como López nunca sienten «arrepentimiento», y auguró que su esposo saldrá fortalecido de la cárcel.
«Leopoldo va a estar donde el pueblo quiera que esté» en el futuro, afirmó.
