“Nada es tan poderoso en este mundo como una idea cuyo momento ha llegado” (Víctor Hugo)
Ante la teoría de los imposibles, se prepararon a enfrentar el desafío Mauricio Uzbelger y su esposa Rebeca Florido; en su mente se hicieron gigantes la fe, la voluntad, sus conocimientos, sus experiencias y sus pálpitos; sin pensarlo dos veces se pusieron manos a la obra y tuvieron éxito. Hoy ofrecen orgullosos al mundo el fruto de su constancia llamado A-Tu madera.
Mientras a la gran mayoría envolvían el miedo y el pesimismo, ante la hecatombe de la crisis nacional, ellos hicieron honor a la consigna de “Querer es poder”. Con la voluntad, única herramienta con que los dos contaban para hacer frente a los desafíos, brotaron de repente esplendentes sus ideas, unieron sus fuerzas, se aventuraron y hoy son ellos un ejemplo a seguir. Con su actitud han demostrado que no hay batalla que pueda superar el poder de la voluntad cuando se cree en lo que se anhela, se trabaja con amor y es grande la fe en sí mismo.
No son muchos los que en el mundo tienen la facilidad de avanzar en sus proyectos de vida sin realizar el mínimo sacrificio. Pero hay aquellos a los que negado todo, solo cuentan con la energía y seguridad en sí mismos para llevar a cabo sus sueños; cuanto más se estrecha su espacio físico, más se amplían sus horizontes anímicos, cuanto más aumentan sus necesidades, obstáculos y preocupaciones, se va haciendo más firme y resistente la voluntad y disposición de eliminar dudas y barreras, sacar a flote su capacidad y vencer los miedos, abrirse paso y llegar a la meta soñada, sobre el ala de luz de la esperanza.
Esa es la lección que hoy dan Mauricio y Rebeca a los que no se atreven a vencer sus miedos, a los que se echan a llorar sobre las cenizas de sus sueños, a los que se quedan caídos y no se levantan, a los que dicen que sin dinero no se puede llegar a tener una empresa como la suya y a los que no creyeron en ellos ni los apoyaron. El hombre que tiene fe en sí mismo actúa, sigue la luz de su propio criterio, se pone en pie de guerra su espíritu, decide ganar y gana.
Su empresa progresa, ellos son los motores siempre encendidos, eligieron a los más adecuados, a los que dan lo mejor de sí, cuyo esfuerzo está sincronizado en cuanto a cantidad y calidad del trabajo. El control en esta empresa está estrechamente hermanado con la coordinación en cuanto a la frecuente evaluación del progreso y equilibrio del trabajo, cuyo resultado reconoce y valora el esfuerzo de cada uno. La coordinación es el lubricante que hace que todas las piezas de la empresa funcionen a satisfacción.
El esfuerzo y trabajo en armonía de la empresa y sus trabajadores marcha sin problemas. Ellos saben lo que representa funcionar bien en tiempos de crisis, saben que trabajar con alegría produce las mejores obras, conocen la travesía y hacia donde dirigen su nave. Cuando el hombre sabe a qué puerto dirige su nave, todo viento le es favorable, incluso el tormentoso.
La interacción y la fertilización mutua de las mentes son el gran estimulante de las ideas. Trabajar con alegría y tranquilidad son los estados de ánimo más productivos del hombre.
Para lograr un sueño solo hay que despertar y hacerlo realidad, porque si uno se queda esperando que las cosas pasen para que llegue el milagro, lo único que va a pasar es el tiempo. Realidad es el sueño que se logra cuando con alma, corazón y vida se cree en lo que se anhela y se pone en acción la voluntad.
Felicitaciones Mauricio y Rebeca.
