Matt Jones ha completado una proeza que ha capturado la atención de muchos: una extenuante caminata de 112 kilómetros (70 millas) con un refrigerador-congelador de 37 kilogramos atado a su espalda.
La hazaña, que se extendió por 34 horas ininterrumpidas y superó los 4.500 metros (15.000 pies) de desnivel positivo, no fue solo un desafío físico, sino un conmovedor tributo a su difunta esposa, Vicky, y una valiosa iniciativa para recaudar fondos destinados al hospicio infantil Hope House Ty Gobaith.
La aventura surgió como una broma afectuosa entre Matt y Vicky. En 2018, después de someterse a un reemplazo de cadera, una operación necesaria tras una lesión durante una caminata, Matt recibió la recomendación médica de bajar el ritmo.
Fue entonces cuando Vicky, con su característico sentido del humor, lanzó la ocurrencia: «Este loco hará la ronda de Llangollen con una nevera en la espalda la próxima vez».
Lejos de achicarse, Matt, conocido por su espíritu audaz, respondió elevando la apuesta: «En lugar de eso, llevaría un frigorífico-congelador y lo haría dos veces». La respuesta de Vicky fue un contundente y cariñoso: «Tiene una apuesta, señor Jones».
Lo que comenzó como un juego entre ambos se transformó en una poderosa motivación y un propósito claro tras el lamentable fallecimiento de Vicky, poco antes de la Navidad. Para Matt, padre de cuatro hijos, esta meta se convirtió en «un enfoque» vital en un momento de profundo dolor.
En sus propias palabras a BBC Radio 5 Live, Matt confesó: «Empecé a creer que las montañas eran mi iglesia», encontrando consuelo y dirección en la inmensidad de la naturaleza mientras honraba la memoria de su esposa.
A lo largo de las extenuantes 34 horas, Matt Jones recorrió la demandante ronda de Llangollen en dos ocasiones, una ruta que desafía incluso a los senderistas más experimentados por su complejidad y pronunciado desnivel.