La nadadora de aguas abiertas Sara Palacios continúa escribiendo su nombre en la historia del deporte ecuatoriano. Este viernes 6 de junio, se convirtió en la primera ecuatoriana en cruzar a nado el Estrecho de Gibraltar, una de las rutas marítimas más emblemáticas y desafiantes del mundo, conectando Europa con África.
Palacios completó la travesía en 4 horas y 34 minutos, manteniendo una velocidad promedio de 3.5 km/h, y tocó tierra firme en Punta Cires, Marruecos, acompañada del nadador guatemalteco Arturo Batres, con quien compartió esta hazaña en modalidad tándem (dos nadadores que deben mantenerse juntos durante toda la ruta).
“Durante la última hora ya quería llegar”
Apenas culminado el cruce, Sara relató su experiencia al diario El Universo: “Las condiciones estaban increíbles, sin viento y sin muchas olas… Pero durante la última hora veíamos el puerto y nada que llegábamos. Me causó un poco de desesperación”, confesó entre risas.
El punto de partida fue Tarifa, España, a las 7:45 a.m. (hora local), y en todo momento, los nadadores mantuvieron a la vista tanto el continente europeo como el africano. A lo largo de la travesía, dos embarcaciones acompañaron al equipo.
El bote principal, Columba, iba adelante, guiando la ruta y corrigiendo desviaciones causadas por las corrientes que arrastran hacia el Mediterráneo. En una lancha inflable, el esposo de Palacios, Diego Egas, se encargó de los abastos, mientras su padre la animaba desde el barco principal.


Desafío de los Siete Mares
Con este cruce, Sara Palacios completa el cuarto tramo del Proyecto de los Siete Mares, una serie de desafíos que la nadadora emprendió en 2018. Su historial ya incluye:
- Canal de la Mancha (2018): entre Francia y Reino Unido.
- Canal de Catalina (2019): desde la Isla Catalina hasta la costa de California.
- Canal del Norte (2024): entre Irlanda y Escocia, uno de los más fríos del mundo, donde nadó por casi 15 horas en aguas de 12°C.
Orgullo ecuatoriano en aguas internacionales
La travesía por el Estrecho de Gibraltar no solo fue una proeza atlética, sino también un nuevo símbolo de resiliencia, preparación y disciplina. Con cada nuevo mar, Sara Palacios demuestra que las mujeres latinoamericanas pueden conquistar cualquier horizonte, y que la pasión por el deporte puede conectar continentes.
El Proyecto de los Siete Mares aún no termina, y con este nuevo logro, la nadadora quiteña reafirma su determinación de completar uno de los retos más exigentes del nado en aguas abiertas a nivel global.

