El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado la presión sobre Vladímir Putin, exigiendo un alto el fuego en Ucrania en un plazo perentorio de «10 o 12 días». El anuncio, realizado este lunes desde su complejo de golf en Turnberry, Escocia, marca una reducción significativa del plazo inicial y refleja la creciente impaciencia de Trump ante la falta de avances en el conflicto.
Acompañado por el primer ministro británico, Keir Starmer, Trump declaró a la prensa: «Voy a hacer un nuevo plazo de unos 10 o 12 días a partir de hoy. No hay razón para esperar. No estamos viendo ningún progreso.»
Minutos antes, el mandatario republicano había expresado su «decepción» con el presidente ruso, lamentando que, a pesar de «cuatro o cinco» conversaciones previas, Putin continuará con los ataques a ciudades ucranianas, incluyendo Kiev. «Lanzacohetes, mata a un montón de gente en una residencia o donde sea y deja cuerpos tirados por toda la calle», afirmó Trump.
La decisión de acortar el plazo inicial de 50 días, establecido el 22 de julio, se basa en la convicción de Trump de que el desenlace es predecible. «Creo que ya sé la respuesta de lo que va a pasar», sostuvo.
Desde Ucrania, la respuesta ha sido de agradecimiento. Andrí Yermak, jefe de la oficina presidencial, elogió la determinación de Trump y calificó el ultimátum como un «mensaje claro de paz a través de la fuerza». En una publicación en la red social X, Yermak enfatizó que «Putin sólo respeta el poder» y valoró positivamente el tono firme del líder estadounidense: «El mensaje lanzado desde Escocia es fuerte y claro.»
En contraste, el Kremlin confirmó que las delegaciones de Rusia y Ucrania reanudaron contactos el pasado 23 de julio en Estambul, con una propuesta para formar grupos de trabajo virtuales. Sin embargo, Moscú asegura que aún no ha recibido una respuesta formal de Kiev.