La Fundación «El Hospital de Peluche«, con su centro de acopio en Barquisimeto representado por Alicia Feaugas de Carmona, se ha aliado con la reconocida coach de orden y desapego Andrea Curuchi para una iniciativa que busca transformar objetos en sonrisas.
Bajo el lema «Segundas Manos, Primeras Sonrisas«, esta alianza invita a la comunidad larense a participar en una jornada de donación y concienciación sobre el poder del desprendimiento.
La actividad, que ha generado una «gran receptividad» tanto en medios como en la ciudadanía, consiste en la recolección de peluches y muñecos. Estos, sin importar si están nuevos, usados o en mal estado, serán enviados a Caracas, donde un equipo de 60 voluntarias de la fundación se encarga de restaurarlos minuciosamente.
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El objetivo final es entregar estos juguetes recuperados a niños en situación de necesidad, en hospitales, escuelas y comunidades rurales, brindándoles una oportunidad de felicidad.
«La importancia de esta organización es la oportunidad que se le da a un niño a través de un objeto que ha sido usado, de ser feliz, de regalar sonrisas a los niños que estén en necesidad o estén enfermos», afirma Alicia Feaugas de Carmona.
El poder del desapego
Andrea Molina, conocida en redes como Andrea Curuchi, coach de orden y desapego, enfatiza el profundo significado de esta actividad. Su charla en Barquisimeto aborda las razones detrás de la dificultad para soltar objetos y cómo superar esos miedos o culpas.
«Acompaño a las personas a ordenar sus vidas, entendiendo que cuando sueltan, se ordena mucho mejor y mucho más fácil», explica Curuchi.

La coach subraya que al comprender el destino final de las donaciones, el proceso de desapego se vuelve mucho más sencillo y gratificante.
«Vamos a hablar de qué es el desapego, por qué nos cuesta tanto soltar, qué hay detrás de ese miedo, de esa culpa, o de esa poca facilidad para soltar, cómo hacerlo, y vamos a hablar de cómo funciona el Hospital de Peluches, porque cuando entendemos a quién van nuestras cosas, se nos hace mucho más sencillo desapegarnos», concluye Andrea Curuchi, invitando a todos a sumarse a esta hermosa labor que une el desprendimiento personal con la solidaridad infantil.