Insalubridad. Las familias de Coco e’ Mono, en el municipio Palavecino, atraviesan un mal momento. La laguna de oxidación que purificaba las aguas servidas del sector, dejó de funcionar desde hace dos años por falta de mantenimiento y, para la fecha, el colapso de las cloacas es muy grave.
Videlina Garrido, miembro del consejo comunal, declaró que ni la Alcaldía como tampoco el Gobierno nacional han suministrado los recursos económicos para darle continuidad al proyecto de la planta de tratamiento. Varios intentos, en busca del apoyo oficial, pero todos resultan en vano.
De hecho, habló de un informe elaborado por la Empresa Noroccidental de Mantenimiento y Obras Hidráulicas C.A. (Enmohca) y en el cual se recomienda ampliar la laguna de oxidación debido al crecimiento acelerado de la población. Actualmente, no hay forma de procesar las aguas servidas, porque han aumentado el número de familoias en los alrededores.
¿Las consecuencias? Colapsan las redes de tuberías: líquidos putrefactos están desbordados por todas partes. En este sentido, exhortan a los gobernantes para que consideren a los hogares, afectados por la insalubridad y culminen con el proyecto de saneamiento ambiental de la quebrada.
“De los cuatro sectores de Coco e’ Mono, Agua Linda sería la más afectada con los colapsos de aguas negras. Respiramos olores desagradables desde muy temprano, ojalá, el alcalde Richard Coroba y la hidrológica, unan esfuerzos para que solucionen nuestra problemática”, sostuvo la vecina.
Vías en mal estado
En la vía que conduce a la laguna de oxidación y que además comunica con el estado Yaracuy, los huecos están de principio a fin. Sólo vehículos rústicos, logran recorrer el camino que lleva a localidades como Yaritagua. Desde hace varios años, vienen solicitando una rehabilitación integral de la vialidad pero no ha sido posible.
En Coco e’ Mono (centro) y los sectores Cañaveral y La Concepción, la situación vial es la misma: cráteres hasta en los lugares más recónditos. María de Rodríguez, vecina, explicó que deben caminar largos tramos hasta llegar a sus hogares, “porque los carros no pueden pasar hasta las viviendas más apartadas, en esos lugares no sirven las calles. Hay tramos donde el barro, formado cada vez que llueve, atasca a los vehículos”.
Los habitantes temen que las autoridades mantengan la indiferencia y, en lugar de ofrecer mejoras, empeoren las principales vías de acceso. Otra de las preocupaciones de los vecinos, sin duda, es la falta de transporte público.
A causa de la deplorable vialidad, las unidades no extienden sus recorridos en la zona. En días pasados, un grupo de transportistas manifestó en la Plaza La Cruz, de Cabudare, exigiendo seguridad para la comunidad de Coco e’ Mono y, en aquella oportunidad, también expusieron sus quejas por los daños del asfalto.
Por desdicha, desde que ocurrió la protesta no se han observado las intenciones de arreglar las vías.
Fotos: Elías Rodríguez