Capitalismo Lunar – Cementerio de propósitos

Como lo afirmábamos en algún momento en estas líneas, si existieran o estuvieran tipificados en alguna instancia judicial o financiera internacional la categoría de “delitos de lesa economía”, el actual gobierno venezolano fuera responsable de una lista larga y dolorosa de ellos. El talante totalitario que ha exhibido, sin resquicio de duda y muy orondo, el Presidente Nicolás Maduro, tiene que ver con una política sistemática y coherente de criminalización de la protesta y de la disidencia que no encaje en su conveniente concepción de “oposición”, y la violación de derechos humanos en los meses recientes. Pero es la economía, el territorio en el cual ese coctel macabro de ideas atrasadas y sepultadas en el fracaso de la historia conocida y conscientemente manipulada, estatismo, regulaciones, incapacidad y negación de trabajo coordinado, ha generado buena parte de la crisis que hoy agobia a la nación.
En reciente visita a nuestra ciudad, Jorge Roig, Presidente de Fedecámaras daba cuenta de una cifra que evidencia el verdadero “legado” de Hugo Chávez y de su gesta “revolucionaria”: “En 10 años desaparecieron 4.300 empresas en el país”. (El Impulso, 29-04-14). Semejante desastre productivo, no impide que escuchemos voces que insisten en hablar, en ferviente repetición propagandística, que el problema económico de la nación se debe al “saboteo económico”, a la especulación y a la “guerra económica” de la burguesía apátrida contra el proceso revolucionario. Sin negar la existencia de prácticas reñidas con la ética empresarial o la sensatez, es poco consistente esa tesis, ante el evidente saqueo y corrupción de la mayor bonanza petrolera de nuestra historia en manos de quienes edificaron un modelo económico que en lugar de diversificar nuestra economía, la hizo aún más dependiente del petróleo, y que alentaron una economía de puertos que hoy, luce inviable por la aguda crisis cambiaria que provocaron.
Las culpas a la “IV República”, lucen ya desgastadas y cínicas, ante los 15 años que tiene este gobierno. Hace décadas que en el mundo de las ideas del desarrollo social y económico es sabido, que ningún país, ninguna sociedad puede avanzar y mejorar en sus indicadores económicos, sociales y humanos, sin un esfuerzo concertado y coordinado de diseño y aplicación de políticas públicas entre el Estado, la empresa privada y la sociedad civil. Ante la magnitud del desastre económico, la escasez e inflación galopante, realidades que pretenden incluso ocultarse retrasando o maquillando la publicación de estadísticas macroeconómicas, Maduro convoca a un diálogo de paz económico, y pareciera descubrir el agua tibia, dolorosamente, cuando ya el saldo en empleos, empresas, capital e historias de tradición productiva es tristemente negativo.
He allí el legado de esta “revolución”. Un camposanto de empresas. Un cementerio de propósitos.
@alexeiguerra