El regreso de los trabajadores de la economía informal para esta temporada decembrina, al centro de Barquisimeto se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los compradores y comerciantes de la zona, debido a la anarquía en lo que se convirtió, uno de los principales centros de compras del estado Lara.
Varias son las razones por las que los buhoneros ocupan gran parte de las aceras dispuestas a lo largo del Boulevard de la 20. La necesidad de un sustento diario para sus familias, la falta de trabajo, las constantes quejas por el mal estado de los centros comerciales socialistas, y la permisividad de las autoridades municipales, forman parte de las causas de esta situación.
Aunque el Plan 20 dela Alcaldíade Iribarren prevé la prohibición de comerciantes informales en los espacios dela Avenida20, en esta época se puede observar puntos de venta ofreciendo cualquier tipo de mercancía y alimentos. Esto ante la mirada indiferente de las autoridades, cuyas acciones no han sido efectivas para evitar el caos.
Los trabajadores informales alegan que necesitan trabajar para sobrevivir y para ello deben salir de la mercancía que venden, mientras que los comerciantes formales aseguran que los espacios dispuestos para su vitrinas y clientelas se ven opacados con el caos y el “bululú” que se aglomera en los alrededores de los puestos informales.
Quienes acuden al centro de la ciudad no sólo deben hacer “maromas” para estirar el dinero que tienen destinado a las compras decembrinas, sino que además deben esquivar huecos, colas, inseguridad, y una que otra discusión.
Lo cierto del caso es que el ciudadano común es quien debe sufrir las consecuencias de una situación que muy bien podría ser controlada por las autoridades locales.
Foto: Daniel Arrieta/ Ángel Zambrano
