El legado que dejó una contratista en El Tostao en representación de la Alcaldía de Iribarren fue un kilómetro de caos. No se cumplió con la recuperación de la capa asfáltica y el tránsito de vehículos particulares, carritos por puesto y unidades del sistema de transporte urbano, forma una perjudicial nube de tierra.
Trabajadores de los establecimientos comerciales batallan con la situación manteniendo el empedrado húmedo.
» En el último trimestre del año pasado estaban por esta zona trabajadores de una contratista con la intención de hacer la instalación de una tubería de drenaje y otra para el agua potable, pese a que no eran de Hidrolara. Reventaron la capa asfáltica y en diciembre se desaparecieron. Nos dejaron el lugar hecho un desastre; hicieron un trabajo a medias en todos los sentidos y a diario lo padecemos» declaró José Luis Pérez, residente y comerciante de la avenida principal de El Tostao.
Al respecto, Pérez agregó: “Se nos ensucia absolutamente todo y lo más preocupante, es que hay niños y adultos con asma y alergias y dolores de garganta”.
Crónica del desastre
La avenida principal de El Tostao no tiene brocales, en este sentido, de lunes a viernes choferes de busetas avanzan por el lugar a gran velocidad y en reiteradas oportunidades se han llevado por delante avisos y hasta toldos ubicados en la entrada de comercios.
Así lo explicó Pérez, quien coincidió con declaraciones de dos comerciantes del lugar.
“Como no hay aceras, entonces buscan la manera de pasar primero circulando por los laterales. Ese espacio es para que las personas caminen, pero ellos no respetan eso. Levantan polvo, pasan volando y de paso ponen en peligro la vida de quienes trabajan por aquí”.
La situación empeora cuando hay precipitaciones. Los entrevistados explicaron que los conductores se quedan estacionados en los cráteres formados y el agua corre sin rumbo.
El Tostao está ubicado en la parroquia Juan de Villegas de Iribarren, donde habitan al menos 750 familias, según el último censo poblacional del Instituto Nacional de Estadísticas, seccional Lara, y colinda con el barrio Bolívar con registro de 980 residentes. Comunidades asistidas por la ruta 10, Lara Uno, Cooperativa La Rosita y Las Águilas del Bolívar.
De manera que la movilidad en la vía es bastante alta. Comerciantes hicieron llamado de atención a las autoridades municipales a fin que den respuesta inmediata a las denuncias formuladas, porque en definitiva “alguien debe hacerse responsable de este desastre”.
