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No es la soledad que me aterra,
ella es mi gran amiga, son los muy
tristes recuerdos, que marcan la vida
mía. Y entre fracaso y fracaso,
entre llantos y dolores; se murió
mi juventud, y también mis grandes
amores, y solo queda el recuerdo, de
un jardín que tuvo flores y eran bellas
entre las bellas, y la envidia de una
generación pasajera, y así nos envolvió
la noche, entre cantos de sirena y el
tiempo se diluyo, en recuerdos solitarios,
el recuerdo de mis penas.
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