Ojala que resultara verdad el argumento del gobierno que si acepta la existencia de una crisis humanitaria generalizada, ya visible a los ojos de todo el mundo, menos de los rojos rojitos, inmediatamente los yanquis invadirían Venezuela. Eso fue lo que dio a entender Chávez cuando el deslave de Vargas y obligó a la flota norteamericana que venía en auxilio a devolverse en un gesto incomprensible y que nos llenó de vergüenza. Entre las terribles armas que los invasores traían consigo estaban maquinarias pesadas para mover tierra, componentes de puentes de emergencia, un amplio grupo de ingenieros expertos en construir refugios y viviendas y con todo lo necesario para hacerlo, un barco hospital para atender a los más graves, comidas y bebidas, depuradores de agua, plantas eléctricas y, por supuesto, medicamentos, mantas, personal médico y paramédico, sistemas de comunicación, una flota de helicópteros para movilizar víctimas, etc. etc. y otra vez etc. Muchas de las cosas que ellos traían habrían ayudado a muchas personas que todavíahoy necesitan ser ayudadas. Fueron días en los cuales escuchamos con frecuencia eso de ¡Yanquis go home¡ y las acusaciones de pitiyanquis que se le hacían –y se le sigue haciendo- a la oposición.
Por cierto que el termino pitiyanqui es de origen francés (petit yanqui) pero fue generalizado para insultar a los puertorriqueños que sin ser norteamericanos adoptaban los usos y costumbres de los gringos.
Soy abiertamente pitiyanqui. Lo soy por muchas razones, entre otras porque a ellos debo la vida cuando, recién nacido mi madre, que tenía el pecho seco, pudo alimentarme con la famosa leche Klim, mientras mis padres se alimentaban con los alimentos que los yanquis, que estaban ocupando Roma, distribuían generosamente entre la población civil al mismo tiempo que traían la paz y ayudaron a la reconstrucción del país. Esta actitud de ayudar a las poblaciones de los pueblos que técnicamente eran sus enemigos se repitió en todas partes hasta el punto que Alemania y Japón son hoy lo que son porque en su momento los yanquis los ayudaron en abundancia. Y de ocurrir una invasión yanqui a Venezuela, repetirían la historia.
Otras razones tienen que ver con el elevado grado de civilidad democrática que muestran, sin negar los atascos y los muchos problemas que tienen, incluyendo a Trump y el Tea Party.
Estemos seguros que lo que llegarán no son tropas invasoras a ocupar el país, sino personal de la Cruz Roja y de muchos organismos, gringos y no gringos, que nos ayudaran a sobrevivir a la herencia roja rojita y a reconstruir al país, destruido desde adentro, sin que nadie nos haya declarado la guerra, salvo nuestros propios connacionales.
Por todo esto grito a pleno pulmón: ¡Yanquis come home!
Postdata: aprovecho para pedirle a Mister Danger que haga buena su palabra de pagarme el salario que me debe como agente de la CIA.
