La producción agrícola venezolana se ve gravemente comprometida por una escasez crítica de maquinaria, con un déficit del 80% en la importación de equipos necesarios para cubrir las demandas del sector. Así lo ha revelado la Cámara Venezolana de Distribuidores de Repuestos, Equipos Pesados y Agrícolas (Cavedrepa).
Según Banca y Negocio, Erich Hartkopf, presidente de Cavedrepa, alertó que Venezuela solo está recibiendo el 20% de los tractores y otras herramientas esenciales que requiere el campo. Aunque algunos productores han logrado importar tractores desde Brasil e India, estas adquisiciones, si bien contribuyen a renovar una maquinaria con más de 25 años de obsolescencia, están lejos de cubrir el enorme déficit existente.
Lea también: Cavedrepa: Maquinarias agrícolas requieren urgente reposición, las últimas importaciones se hicieron hace 18 años
En la nota difundida, Hartkopf señaló que una de las principales razones detrás de esta carencia es la limitada capacidad de la banca nacional para ofrecer financiamiento. Los tractores de última tecnología pueden oscilar entre los $60.000 y $200.000, montos inaccesibles para muchos productores sin el apoyo crediticio adecuado.
Adicionalmente, el gremialista destacó en la misiva que las sanciones internacionales complican aún más la situación, ya que los países proveedores exigen el pago anticipado de la mercancía. A pesar de este desafío, proveedores nacionales han conseguido establecer acuerdos con algunos países para obtener plazos de hasta sesenta días para el pago de los equipos que están ingresando al país.
Maquinaria obsoleta
La maquinaria agrícola en Venezuela alcanzará en 2025 un promedio de 18 años de obsolescencia, debido a la falta de nuevas importaciones significativas desde 2005-2007.
El parque de maquinaria en el campo venezolano depende de un flujo constante de repuestos para mantenerse operativo, pero los productores enfrentan grandes dificultades para acceder a créditos bancarios que les permitan renovar sus equipos.
“Muchos de nuestros afiliados solicitan financiamiento a la banca, pero apenas se les aprueba un 30% de lo que realmente necesitan”, denunció Hartkopf.
Ante la falta de crédito bancario, los distribuidores han asumido parte del financiamiento, lo que los obliga a operar bajo condiciones económicas adversas.