“La gente no compra lo que haces, compra por qué lo haces. Y si tú crees en lo que haces, atraerás a quienes también lo creen”.
Simon Sinek, autor de Start with Why
Las personas que disfrutan lo que hacen transmiten autenticidad y entusiasmo.
Muchos emprendedores comienzan su camino con una sensación de incomodidad: saben que lo que hacen no los llena, que su empleo actual les resta energía y que cada día es una cuenta regresiva hacia el agotamiento. Sin embargo, dar el salto hacia lo que verdaderamente les apasiona no es fácil, especialmente cuando hay responsabilidades económicas de por medio. Aquí es donde un coach puede marcar una diferencia profunda y duradera.
Uno de los mayores desafíos del emprendedor no es emprender, sino saber qué desea emprender. ¿Qué actividad lo hace sentir pleno? ¿Qué temas despiertan su curiosidad y energía incluso en momentos de cansancio? Un coach actúa como guía en este proceso de autodescubrimiento.
A través de preguntas poderosas, ejercicios de introspección y evaluaciones de fortalezas, el coach ayuda al emprendedor a reconocer patrones, identificar pasiones reprimidas y reconectar con lo que le genera entusiasmo. Según la coach y escritora Martha Beck, “Nuestro cuerpo sabe lo que nos gusta mucho antes que nuestra mente lo racionalice. Un buen coach te enseña a escuchar esas señales”.
Una vez que el emprendedor descubre aquello que verdaderamente le apasiona, el siguiente paso es diseñar una transición realista y segura. No se trata de renunciar de un día para otro a un trabajo estable, sino de crear un puente sólido entre la vida actual y la vida deseada.
Un coach trabaja con su cliente para:
- Diseñar un plan gradual: Esto incluye explorar oportunidades paralelas (como proyectos freelance o emprendimientos a medio tiempo), reducir gastos personales para aumentar el margen de maniobra y establecer objetivos de ingresos mínimos antes de hacer cambios drásticos.
- Evaluar riesgos con claridad: Muchas veces el miedo exagera los posibles riesgos. Un coach ayuda a separar el miedo irracional del riesgo real, permitiendo tomar decisiones informadas y con control.
- Crear sistemas de seguridad: Por ejemplo, establecer un fondo de emergencia o mantener una fuente de ingreso parcial durante los primeros meses del nuevo emprendimiento. Como afirma Tony Robbins, “No necesitas quemar tus barcos, necesitas construir un puente. El cambio no tiene que ser dramático para ser transformador”.
Cuando una persona comienza a trabajar en lo que le apasiona, algo fundamental cambia: su energía, actitud y manera de relacionarse con los demás. Este cambio tiene un efecto magnético. Ya no se trata de convencer a otros de su valor; simplemente lo proyecta.
Es decir, cuando trabajas con pasión, empiezas a atraer clientes, socios y mentores con la misma energía, que jamás se hubieran acercado cuando te quejabas a diario y vivías frustrado.
Este fenómeno no es mágico; es consecuencia de un cambio interno. El emprendedor que se siente pleno y motivado transmite confianza, genera valor y se convierte en una fuente de inspiración. Y eso, en el mundo profesional, es un activo incalculable.
La verdad es que son pocas las personas que sienten verdadera pasión por su trabajo. Según una encuesta de Gallup, solo un 20% de los trabajadores a nivel mundial se siente realmente comprometido con su labor diaria. Esto significa que cualquier persona que logre alinear su profesión con su pasión estará, automáticamente, en un grupo reducido y muy atractivo para el mercado.
Un coach ayuda a lograrlo con método, visión y acompañamiento. No solo identifica la meta junto al emprendedor, sino que lo acompaña paso a paso para alcanzarla sin poner en riesgo su estabilidad.
Definitivamente, descubrir lo que realmente te gusta y construir una vida en torno a ello no es una fantasía, sino una posibilidad real si se hace con enfoque y apoyo. Un coach puede ser ese aliado silencioso pero decisivo que te guía en la dirección correcta, evitando decisiones impulsivas, ayudándote a planificar y sosteniéndote emocionalmente en el proceso.
Porque trabajar con pasión no solo cambia tu vida, también cambia el tipo de personas y oportunidades que se cruzan en tu camino. Y cuando eso sucede, ya no hay vuelta atrás.
Continuará…
Italo Olivo
www.iolivo.com