En el marco de la celebración del Día del Padre, salimos a las calles de Barquisimeto para escuchar los testimonios y recuerdos de hombres que viven con orgullo, responsabilidad y amor la experiencia de ser papás y abuelos. Lo que encontramos fue un mosaico de emociones sinceras, lleno de anécdotas que reflejan cómo la paternidad transforma vidas.
“Los abuelos somos alcahuetas con los nietos”, confesó entre risas uno de los entrevistados, “porque ya los nuestros han crecido, entonces vienen estos más pequeños y es como empezar otra vez”. Así comienza el relato de quienes, más allá de los años, encuentran en sus nietos una nueva oportunidad para amar y guiar con ternura.
Las voces de los padres en Barquisimeto coinciden en algo esencial: ser padre es un privilegio. Uno de ellos expresó con emoción: “Tengo la dicha de tener dos hijas aquí desde hace 14 años y todos los días se aprende algo nuevo. Es una tarea que no se termina, es una escuela diaria”.
Otro padre, con dos hijos pequeños, destacó la importancia de continuar el legado de enseñanza recibido: “Trato de impartirle a mis hijos los valores que me enseñó mi padre. Me siento bendecido al ver que lo que siembro en ellos se refleja en sus logros”.
¿Cuál es el recuerdo más feliz que tienen como padres?
La jornada también nos regaló historias conmovedoras, como la de un padre que aún vive con su primera y única novia, ahora su esposa: “Ser padre es difícil, pero es una experiencia hermosa. Hay que ser responsable, dar amor, cariño y comprensión para que ellos se sientan queridos”.
Uno de los momentos más emotivos fue escuchar a un papá recordar el día en que su hija nació: “Lloré cuando ella nació, junto a su mamá. Ese momento no se me borra. Es uno de los recuerdos más lindos de mi vida”. Otro, con voz entrecortada, aseguró que “el día que nacieron mis hijas fue el más emotivo de mi existencia”.
También se habló del valor de ser abuelo. “Es otra bendición hermosa. Cuando mi nieta corre a abrazarme y dice ‘¡mi abuelito lindo!’, no hay nada más hermoso”, compartió un adulto mayor con evidente ternura.
Entre risas, abrazos, recuerdos y enseñanzas, los padres barquisimetanos compartieron lo que significa para ellos este rol tan fundamental. En su día, muchos recibieron besos, abrazos, llamadas y dibujos con crayones. Otros, simplemente, compartieron tiempo, lo más valioso que se puede dar.
Hoy, en el Día del Padre, celebramos a quienes dan su vida por sus hijos, a quienes educan con el ejemplo y a quienes siembran amor con cada palabra. ¡Feliz Día del Padre!