En Venezuela se vive con gran incertidumbre, las amenazas de invasión generan pánico en la población.
Terror que se acrecienta tras el despliegue de destructores y, buques de guerra anfibios estadounidenses cerca de la costa venezolana.
La desinformación juega un papel crucial; la difusión de rumores y noticias falsas a través de los medios de comunicación pueden avivar el pánico y la desconfianza; cuando la gente no sabe qué o a quién creer, se vuelve más susceptible al miedo y la manipulación.
Las redes sociales nos inundan con noticias desalentadoras en su mayoría y, la opinión pública no ayuda mucho.
Sin embargo, el venezolano, con su humor insolente «dicharachero» y resiliente, rompe el miedo y sigue adelante, pero no sin antes criticar a los políticos:
—«Se acuerdan de Santa Barbara cuando truena»—
—Vengan a alistarse para que defiendan a la patria—, se lee en una cartulina blanca por allá cerca de la plaza Bolívar.
¿Pero cuáles son los factores que pueden llevar a un país a vivir con miedo e incertidumbre?
No es un fenómeno que ocurra de la noche a la mañana, sino que generalmente es el resultado de una erosión gradual de la seguridad, la estabilidad y la confianza.
Factores de inestabilidad política. El miedo se enraíza cuando la gente siente que no puede confiar en sus líderes o en las instituciones que se supone que los protegen.
La corrupción generalizada es un detonante principal; cuando la riqueza y el poder se concentran en manos de unos pocos y esos pocos, consiguen beneficios y prebendas del gobierno solo para ellos, y para algunos de sus familiares.
¡Para más nadie hay! Entonces cierran el círculo y no hay manera que ayuden a otros, cuando esos «otros» suelen ser los más necesitados; haciéndolos sentir ignorados, marginados.
La falta de transparencia en la toma de decisiones gubernamentales fomenta la sospecha y la desconfianza, ya que los ciudadanos no saben si las acciones de sus líderes están realmente en su mejor interés.
La sensación de que el gobierno no puede garantizar, la salud, el alimento, el orden o la justicia, es un poderoso generador de miedo que causa un pánico aterrador.
No olvidemos que el miedo a la supervivencia es uno de los miedos más profundos.
Esta situación genera una ansiedad constante sobre el futuro. La falta de oportunidades y la desigualdad social extrema pueden llevar a un sentimiento de desesperanza.
Las personas, sufren en silencio… temen no poder alimentar a sus familias. Mientras tanto… el beneficio de: «la bolsa de comida» llega a manos de privilegiados, egoístas por demás; que prefieren botar los alimentos antes de dárselos al más necesitado, ¡¡siendo ésta una de las formas más crueles y despiadadas de corrupción!! Un ataque directo a la supervivencia y a la dignidad humana.
¡Eso parte el alma… obviamente a los que aún nos queda alma!
Esta angustia económica a menudo se entrelaza con la inestabilidad social, provocando protestas, disturbios y un aumento de la delincuencia. Un país puede vivir con miedo cuando se enfrenta a amenazas tangibles a su seguridad.
Las posibles guerras o conflictos armados con otras naciones o grupos internos causan un terror inminente y hacen pensar en la pérdida de vidas inocentes.
El miedo en una nación es el resultado de la combinación de factores políticos, económicos y de seguridad que erosionan la confianza en las instituciones y en la capacidad de la sociedad para proteger a sus miembros… y entonces el miedo conduce a más inestabilidad.
Natividad Castillo P. (Natty)
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