La vía principal de la comunidad Atilio Ravicini, parroquia Catedral, continúa hecha pedazos. Una parte de la vialidad se derrumbó por completo y lo único que alerta a los conductores es un montón de ramas de árboles.
Es un problema que data desde hace varios años y las autoridades del municipio no han atendido, pese a los riesgos que corren tanto vecinos como choferes de la zona. Los vecinos, una vez más, convocan a la alcaldesa Amalia Sáez para que envíe las reparaciones.
La Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) recientemente inició bacheos en comunidades de las parroquias El Cují y Tamaca, sin embargo, la vía principal de Atilio Ravicini sigue desasistida a pesar que comunica con la avenida Bicentenaria, en el este, inaugurada el año pasado.
María de Zambrano, vecina, expuso que los esfuerzos de los habitantes en obtener la atención del gobierno municipal han sido muchos: visitas a los organismos, caminatas en otras comunidades y hasta en actos públicos, pero ninguna de esas iniciativas de los vecinos ha servido para que ejecuten la rehabilitación vial.
“Nos preocupa que no tomen en cuenta a nuestra comunidad, conociendo las críticas condiciones del asfalto. En cualquier momento toda la vía se caerá a la quebrada La Ruezga”, expuso. Asimismo es necesario revisar las tuberías de aguas negras.
Las cloacas están colapsadas desde hace varios años y, en ocasiones, los líquidos putrefactos se desbordan en los inodoros, generando una terrible contaminación en las familias.
“Hidrolara coloca pañitos de agua tibia y cree que soluciona el problema de las cloacas con una bomba de achique; hace falta llevar a cabo una inspección a profundidad y sustituir las tuberías de la red colectora”, agregó la vecina.
No pasa el aseo urbano
Por otra parte, tienen problemas con la recolección de basura. El aseo urbano es deficiente desde hace varias semanas y se observan desperdicios a lo largo de la avenida principal, la misma que comunica con la vía El Ujano.
A lo largo de todo ese tramo, hay además animales muertos, piezas de carros que fueron desmantelados e infinidades de desechos. Una fetidez constante afecta a los hogares en los cuales, niños y personas de la tercera edad, son los más perjudicados con la insalubridad en medio de sus domicilios.
