Estudiantes del liceo bolivariano Eliodoro Pineda consumaron su paciencia y decidieron cerrar la entrada principal de la institución a objeto de presionar a la Zona Educativa para el pronto arreglo del tanque hidroneumático, el cual está averiado desde el 16 de octubre por una falla en dos bombas alimentadoras. Desde ese entonces, la institución mantiene sus operaciones a media jornada.
Aproximadamente a las 9 de la mañana, un grupo de alumnos decidió ejercer sus derechos constitucionales. Mediante un candado trancaron el portón de entrada a fin de manifestar su rechazo ante el retardo de las reparaciones del surtidor de agua, al mismo tiempo se apoyaban con cánticos al unísono y pancartas que describían la inmediata restitución de la jornada escolar. A causa de estos problemas, no funcionan las baterías de baños, filtros de agua y cantina.
“Estamos sumamente preocupados por la educación de nuestros hijos, no es posible que este problema permanezca en el liceo por tanto tiempo. Nuestros niños prácticamente van a tener este lapso perdido debido a que han estudiado media jornada, y en diciembre van a perder clases por la elecciones municipales. Exigimos que la jefa de la Zona Educativa tome cartas en el asunto y resuelva inmediatamente este problema que afecta a tantos alumnos”.
Así lo informó a EL IMPULSO la señora Miriam Salazar, quien se encontraba en la entrada del recinto educativo a la espera de respuestas satisfactorias sobre la situación que perjudica el desarrollo escolar de su hijo.
“Las bombas dañadas están en posesión de la Zona Educativa para su reparación, pero tienen un mes en ese proceso y sin darnos respuestas satisfactorias. En una junta de representantes se planteó la posibilidad de que entre todos compráramos los equipos, pero esta institución nacional nos negó nuestra alternativa”.
Media Jornada de clases
Al consultar sobre el desarollo de las actividades académicas, la representante Yesenia Pérez explicó que su primogénito asiste a tres horas de clase diarias, lo cual considera que repercute directamente en su formación.
“Ellos están en todo su derecho de reclamar, pues están teniendo jornadas diarias de 7 a 10 de la mañana. No pueden estudiar de esa manera debido a que pierden la dinámica de las clases. En ese sentido, un grupo de representantes visitó la Zona Educativa, pero los directivos nos respondieron que cada alumno tenía que llevarse un tobito de agua. Qué falta de respeto”, exclamó Pérez.
Hermetismo de directivos
El equipo reporteril ingresó a la institución educativa, para pulsar la opinión de directivos, quienes se mostraron reacios a aportar información sobre el problema. Según explican, en sus cargos no están autorizados para declarar sobre el hecho.
Esta reacción, fue condenada por alumnos y representantes, quienes exigen el respaldo de la directiva a fin de solventar el problema.
