En el mundo comercial, el objetivo de una estrategia consiste en aproximarse a las condiciones más favorables a la organización, evaluando los diferentes escenarios del macro entorno. Dentro del pensamiento estratégico, lo primero que debe buscarse es el claro entendimiento del carácter particular de cada elemento en una coyuntura dada, y después hacer el más completo uso posible del poder de nuestro cerebro para reestructurar esos elementos en la forma más ventajosa. Los fenómenos y eventos del mundo real no siempre siguen una tendencia lineal, por lo tanto; el medio más confiable para dividir una situación en sus componentes y volverlos a ensamblar de acuerdo con un modelo deseado no es la metodología gradual, como los sistemas de análisis; más bien, es una herramienta fundamental del pensamiento no lineal: el cerebro humano.
Por esto, el verdadero pensamiento estratégico contrasta tan fuertemente con el enfoque convencional de los sistemas mecánicos que se basan en el pensamiento lineal. Pero también contrasta con el enfoque que todo lo basa en la intuición y llega a conclusiones sin ningún auténtico desglose o análisis
La primera etapa del pensamiento estratégico consiste en determinar con precisión el punto crítico de la situación. En forma natural, cualquier persona que enfrente un problema consiste en averiguar cuál es el punto clave. Algunos pueden pensar que cualquier manera es buena y que, en gran parte, es solo cuestión de suerte que sus esfuerzos den en el blanco. Nada tiene que ver con la suerte y todo es cuestión de actitud y de método. Para resolver un problema es vital, desde el principio, que este se formule de manera que facilite el descubrimiento de una solución. Por ejemplo, supongamos que el tiempo extra se ha vuelto un problema crónico en una organización y está absorbiendo gran cantidad de recursos monetarios. Si se plantea la siguiente pregunta: ¿qué debería hacerse para reducir el tiempo extra? Varias pueden ser las respuestas como, por ejemplo: trabajar con más ahínco durante las horas normales o reducir el uso del Smartphone para temas privados, mediante este enfoque que la pregunta no se formula para que apunte a una posible solución, sino que están dirigidos principalmente a encontrar remedios para los síntomas.
Volviendo al problema hipotético de la organización que se refiere al exceso de horas extras, la pregunta orientada a la solución que debería formularse: ¿Es la fuerza de trabajo de esta organización lo suficiente grande como para hacer frente al trabajo que se exige? Mediante este tipo de preguntas solo se pueden dar dos opciones sí o no. Si la respuesta es sí entonces lo que amerita es mejoras de las habilidades de los trabajadores y si la respuesta es no; en este caso se debe contratar más personal. En conclusión, se debe formular el problema de forma que sugiera soluciones y no en base a las consecuencias del problema.
Msc. Julio Cesar Vargas
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