Falleció luego de recibir seis tiros

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En la madrugada de ayer dejó de existir un hombre que había recibido cuatro tiros en el abdomen y uno en cada brazo.

Fue identificado como Rafael Ramón Briceño Gudiño, de 34 años, albañil, hijo de Rafael Briceño y Leopoldona Gudiño de Briceño, el mayor de tres hermanos, residenciado en la casa número 10 de la manzana C, de Las Sábilas, donde vivía, desde hacía unos siete años,  con su cónyuge Carmen Brito, con quien tenía tres hijos de 6, 5 y un año de edad.

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Su tío, José  Pérez, y su prima Juliana Noguera, entre otros familiares que esperaban la entrega del cadáver en las inmediaciones de la morgue, manifestaron que les extraña la agresión de que fue víctima este trabajador, por cuanto era una persona muy tratable,  no se metía con nadie, no tenía por lo tanto enemigos, ni tampoco se juntaba con gente que no conociera bien.

-¿Qué han logrado saber de la forma como fue atacado?

-Tanto sus familiares como amistades y vecinos presumimos que el homicida actuó presumiblemente bajo los efectos de alguna droga, ya que en esa urbanización  hay mucha gente dañada, sobre todo drogómanos y asaltantes, al punto que las autoridades policiales han sido atacadas varias veces por los delincuentes que se creen dueños y señores de la población.

-¿Había testigos cerca del sitio donde se produjo el hecho?

-Lo único que hemos podido saber es que mi sobrino, dijo José Pérez, regresaba la noche del viernes a su residencia cuando fue atacado despiadadamente por el asesino.

-¿Qué les dijo su cónyuge?

-Ella nos  refirió  que estaba dormida cuando,  a eso de las once de la noche del viernes, oyó los toques hechos con los nudillos de la mano derecha, como era costumbre de Briceño Gudillo cuando llegaba a su casa, para que le abrieran la puerta.

Tan pronto la mujer se dispuso a recibir a su marido se oyeron los tiros y al abrir la puerta vio horrorizada, tirado en el piso, al albañil sangrando y pálido.

Ante tan dramático cuadro, Carmen Brito comenzó a gritar para pedir auxilio y los vecinos, que  habían también escuchado las detonaciones, salieron de sus casas para ayudarla  a levantar al infortunado trabajador, llevándolo lo más de prisa que pudieron al hospital central, donde quedó recluido.

El asesino le disparó cuatro veces al estómago y además le descargó un balazo en cada brazo.

No pudieron los médicos lograr la recuperación de Briceño Gudiño, quien ayer, a las 2 y media de la madrugada, falleció.

-Durante el tiempo que estuvo en el Hcamp, ¿no les dijo nada acerca de quién lo había atacado?

-No fue posible que hablara y diera a conocer las características del homicida, ya que tan pronto como quedó herido, enmudeció. Ahora lo que nos queda es pedirle a Dios que este crimen no quede impune y el asesino sea encarcelado para que pague condena, ya que mató a un hombre bueno.

Fotos: Daniel Arrieta

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